martes, 7 de diciembre de 2010

Sweezy. Plusvalía y Capitalismo

Es necesario diferenciar entre producción de mercancías en general y capitalismo. Capitalismo supone producción de mercancías, pero la producción de mercancías no implica necesariamente capitalismo.

La propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro conjunto realiza el trabajo. Los medios de producción y la fuerza de trabajo son objetos de cambio, por lo tanto, portadores de valor de cambio. La relación entre propietarios y no propietarios es característica del capitalismo.

En la producción simple de mercancías el productor vende su producto a fin de comprar otros productos que satisfagan sus necesidades específicas. Marx denomina este ciclo como M-D-M. Sin embargo el capitalista acude al mercado con Dinero, compra Mercancías (fuerza de trabajo y medios de producción) y tras un proceso de producción, vuelve al mercado con un producto que convierte en Dinero. Este proceso se designa como D-M-D, siendo el dinero el principio y el fin. Para que este proceso pueda ser significativo bajo el punto de vista capitalista, el ciclo D-M-D' tiene la peculiaridad de que D' es mayor que D.

La transformación cualitativa del valor de uso es reemplazada por la expansión cuantitativa del valor de cambio como objetivo de la producción. El incremento del dinero, la diferencia entre D' y D, Marx lo denomina plusvalía, constituyendo el ingreso del capitalista. La opinión de casi todos los economistas ortodoxos de que la adquisición de plusvalía como incentivo de la producción es una característica innata de la naturaleza humana (el “móvil de la ganancia”).

El capitalista compra la fuerza de trabajo del obrero, siendo por lo tanto, la fuerza de trabajo una mercancía, teniendo así un valor como cualquier otra mercancía. Éste valor se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción. Dado el individuo, la producción de fuerza de trabajo consiste en su manutención. Es decir, el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia necesarios para el mantenimiento del trabajador. El valor de la fuerza de trabajo se reduce al valor de una cantidad más o menos precisa de mercancías ordinarias.

El producto del trabajo lo recibe el obrero como salario, mientras el capitalista se apropia el producto del trabajo excedente en la forma de plusvalía. Lo específico del capitalismo es, entonces, no el hecho de la explotación de una parte de la población por otra, sino la forma que asume esta explotación: la producción de plusvalía.

El valor de cualquier mercancía producida en las condiciones del capitalismo se puede dividir en tres partes:

1. “Capital constante” (c): representa el valor de los materiales y la maquinaria usados, que no sufren alteración cuantitativa alguna en el proceso de producción.
2. “Capital variable” (v): Restituye el valor de la fuerza de trabajo, en cierto modo sufre una alteración de su valor, reproduciendo el equivalente de su propio valor y produce un excedente, una plusvalía.
3. La “plusvalía” (p).

El valor de una mercancía es: c + v + p = valor total.

Ésta fórmula no se limita el análisis del valor de una sola mercancía, puede extenderse y cubrir la producción total durante cierto periodo (por ejemplo: un año). Es una versión simplificada de los balances modernos de empresas.

Proporción de la plusvalía con respecto al capital variable. Se designa con la p'.
p'= p/v.

Marx lo llama la tasa de explotación, la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario.

La tasa de la plusvalía está determinada por tres factores:
·         La duración del día de trabajo.
·         La cantidad de mercancías que entran en el salario real.
·         La productividad del trabajo.

El primero establece el tiempo total que debe dividirse entre el trabajo necesario y el trabajo excedente, y el segundo tercero determinan cuánto de ese tiempo debe contarse como trabajo necesario.

Marx trabaja casi siempre con la suposición de que la tasa de la plusvalía es igual en todas las ramas de la industria y en todas las empresas dentro de cada industria. Lo cual implica ciertas condiciones que se dan parcialmente en la práctica (casi nunca):

1. Debe haber una fuerza de trabajo, transferible y móvil, pudiendo hablar entonces de una competencia entre trabajadores y un equilibrio debido a la emigración de una a otra esfera de la producción.
2. Cada industria y cada empresa dentro de cada industria deben emplear exactamente la cantidad de trabajo que sea socialmente necesaria en las circunstancias existentes.
Relación del capital constante con el capital variable, en el capital total usado en la producción. La proporción del capital constante con respecto al capital total indica esta relación. Se representa con la letra o.
c/c + v = o = composición orgánica del capital.

Factores que determinan la composición orgánica del capital:
  • La tasa de los salarios reales.
  • La productividad del trabajo.
  • El nivel común de la técnica.
  • La amplitud de la acumulación de capital en el pasado.
  • Proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital. Se designa con la letra g.
p/c + v = g = tasa de ganancia.

Muestra la tasa de ganancia sobre el capital realmente empleado en la producción de una mercancía. Marx hace la suposición de que todo capital tiene un periodo idéntico de rotación de un año.

Los factores que determinan la tasa de ganancia, son idénticos a los que determinan la tasa de la plusvalía y la composición orgánica del capital. La tasa de la ganancia es una función de la tasa de la plusvalía y de la composición orgánica del capital, quedando entonces como:
g = p' (1 – 0)

A pesar de ser la variable crucial desde el punto de vista capitalista, para fines de análisis teórico debe mirársela como dependiente de las dos variables más fundamentales: la tasa de la plusvalía y la composición orgánica del capital.

Como en el caso de la tasa de la plusvalía, también se supone la igualdad general entre las industrias y las empresas.

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